Tiene tatuajes en casi el
100% de su cuerpo, múltiples perforaciones en el rostro y luce varios
implantes de titanio en la frente para simular unos cuernos.
A sus 36
años, María José Cristerna es una de las personas más tatuadas del mundo
y su historia real conmueve. Con apenas 17 años se casó con un hombre
abusivo y se refugió en el arte de pintar los cuerpos para escapar de la
violencia de su hogar.
Tras dejar atrás el infierno, comenzó una
radical transformación de su cuerpo para demostrar que la libertad puede
expresarse de muchas formas.
A pesar de su aspecto y de la huella que
dejaron los maltratos de su ex marido, intenta llevar una vida normal y
ser una mujer de familia como las demás. El contraste del antes y el
después es impresionante.
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