Exfoliante de chabacano:
Puedes hacerlo tú mismo aplicando sal a esta fruta molida.
Esta mezcla irá reduciendo tu tatuaje y además es considerada como uno de los
mejores exfoliantes que existen.
Salabrasion:
Es una de las técnicas caseras más comunes, pero también más
dolorosas. Consiste, sencillamente, en una solución salina: mezcla de agua con
sal y sumerge una estructura rugosa en ella: una lija puede ser.
Hay que tener
cuidado con esta técnica y usar un antibacterial pues puede causar infecciones.
Lo mejor es que un tatuador que sepa y que te ayude a hacerlo.
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