Aparentemente, esta región del mundo es la que posee la tradición tatuadora más amplia. Las diferentes tribus de la Polinesia
utilizaban el tatuaje como una ornamentación corporal, sin que por ello
éstos pierdan su fuerte sentido comunal.
El tatuaje comenzaba a muy
temprana edad y se prolongaba hasta que no quedase región del cuerpo
virgen de los pigmentos. Más allá de su sentido estético, el tatuaje
confería jerarquía y propiciaba el respeto comunal a quien los llevaba
en su piel.
Los dibujos que llevaban en la
piel contribuían a su famosa estrategia de asustar a sus enemigos.
Los
polinesios creían que el mana de una persona (su poder espiritual o fuerza de
vida) se demostraba a través de su tatuaje.
Era común que estos tatuajes se renovaran y embellecieran a lo largo de sus vidas hasta que en algunos casos terminaran cubriendo el cuerpo entero.
Era común que estos tatuajes se renovaran y embellecieran a lo largo de sus vidas hasta que en algunos casos terminaran cubriendo el cuerpo entero.
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